Karen Cázares López
3° Semestre
Poblamiento de América y Los Olmecas
Es
difícil decir a ciencia cierta el origen del hombre en sí, que si bien existen
muchas hipótesis, ninguna ha sido aceptada como definitiva, y el poblamiento de
América no ha sido la excepción, llevando consigo muchos puntos de origen en el
mundo, así como el origen mismo de la cultura olmeca, quien ha sido una de las
más enigmáticas en Mesoamérica, la cual incluso se puede llegar a comparar con
los sumerios; desconocidos hasta cierto punto, y de los más antiguos y
precursores de nuestra historia.
Una de
estas suposiciones, es que durante el preclásico el hombre pobló el continente
americano, llegó desde Asia hace más de veinticinco mil años, por el estrecho
de Bering, que durante un largo lapso de tiempo, fue un puente entre Siberia y
Alaska, al tener un bajo nivel en el mar en aquel entonces. Entre la hipótesis,
podemos encontrar la teoría que menciona las doce tribus de Israel, o el hecho
de que el hombre se trasladó de Europa durante el Paleolítico por medio de
kayaks o umiaks, e incluso icebergs en busca de recursos. Si bien estas teorías
no han sido aceptadas como precisas, se puede agregar que los pobladores tenían
rasgos mongoles, melanesios, y protocaucásicos. A lo anterior se puede agregar
la teoría que menciona el hecho de que el origen del hombre es único y autóctono,
siendo ésta la más reciente y que a mi parecer es la más lógica por los restos
que se han encontrado de más de 300,000 años. Cabe destacar que el desarrollo tecnológico
del hombre en parte se dio por la evolución que lograron al descubrir la
agricultura, domesticando plantas y creando utensilios que facilitarían sus
necesidades. El periodo arcaico trataba de una época en la cual el hombre
cultivaba maíz principalmente, vivían agrupados en aldeas y moldeaban en
arcilla, descubriendo su gusto por representar los animales entre los que
vivían. Aún cuando el maíz era indispensable en la agricultura, desde 6500
antes de nuestra era, la calabaza ya era domesticada, así como el frijol, el
chile, el aguacate y el algodón. Este periodo se caracterizó por un rápido
crecimiento de la población, las aldeas eran numerosas gracias a los diversos
recursos con los que contaban, manteniendo una economía mixta, auxiliados por
la agricultura, la caza, la recolección y la domesticación del perro y
guajolote principalmente. Hablando de arte, ya no era sólo con fines
utilitarios como vasos, platos y jarros; también podemos encontrarnos con
representaciones de seres humanos, en su mayoría mujeres, quienes estaban
relacionadas con el culto a la fecundidad y abundancia. Las figurillas nos
dejan ver como la sociedad de las aldeas estaba constituida por una
jerarquización, gracias a las vestimentas, ornamentos y peinados, que bien nos
podrían contar, se trataban de chamanes, sacerdotes enmascarados, etc.
Aquí es
donde comenzaré a hablar sobre los olmecas, civilización de estilo inimitable,
cuyo origen es desconocido hoy día. Los aztecas los llamaron “las gentes del
país del hule, los que viven al borde del agua salada”, pensaban que eran muy
hábiles artísticamente hablando. También designados como “Habitantes del país
del hule”, “Cultura de la Venta”, y “Tenocelome” (los de la boca de jaguar). Aún
se desconoce qué lengua hablaban, de dónde llegaron y como se llamaban a sí
mismos, pero el comienzo de este descubrimiento se debe al viajero mexicano
José María Melgar y Serrano, quien se enteró en 1862 en San Andrés de Tuxtla,
Veracruz, que en Hueyapan se había
encontrado un enorme monolito con forma de cabeza humana, que parecía tener
apariencia negroide y mongoloide, llevándolo a realizar hipótesis sobre
migraciones hacia América, que hablar de esto, es retomar lo que anteriormente
mencioné. Siguiendo con más exploraciones, también se encontraron hallazgos en
Tabasco, encontrando como los sitios más representativos, La Venta, Tres
Zapotes y San Lorenzo en Veracruz, y donde se encontraron templos, cabezas,
esculturas, estelas, altares, y monumentos, entre otros objetos.
Para adentrarnos a
esta cultura, es importante mencionar la base de su economía la cual era mixta,
y que como muchas otras, se cimentaba en la agricultura, la caza, la
recolección y el comercio. Por parte de la agricultura, podemos observar como
el cultivo de maíz era esencial para la mayoría de los pueblos mesoamericanos,
así como el frijol, la calabaza y el chile, los cuales permitieron que el excedente
les admitiera comercializar por materias primas que necesitaban y no tenían en
su territorio. La sociedad olmeca estaba dividida y conformada por sacerdotes,
quienes se encargaban de los enigmas religiosos, tecnológicos y astronómicos y
matemáticos, escritura la cual era ausente entre los olmecas, incluso podría
decirse que eran los que contaban con más conocimientos en el grupo, éstos era
seguidos por la milicia; los militares conformaban otro sector importante pues
eran de cierta forma la autoridad y poseían el mando, encargándose de las
guerras que surgían; artesanos y agricultores estaban encargados del sector
productivo en el conjunto.
Aún no podemos
mencionar un Dios antropomorfo en la religión olmeca, sus dioses eran más bien
zoomorfos, manteniendo en especial, culto por el jaguar, animal que simbolizaba
la vida después de la muerte y estaba ligado, según ellos, con la agricultura y
la fertilidad, aspectos que eran fundamentales para los habitantes del país del
hule. Así mismo, los olmecas adoraban a la serpiente y creían en seres
fantásticos, que imaginaban en la mezcla de distintos animales y seres humanos.
De esta forma podemos mencionar la forma en cómo veían y controlaban el mundo,
su cosmogonía y cosmología; como mencionaba antes, el jaguar y la serpiente
tenían un papel muy importante en este aspecto, representando en sus cabezas
colosales, ciertos rasgos de ambos animales, dando significados específicos a
cada detalle que en ellas agregaban, tal como la unificación de dos cabezas de
serpiente al formar un labio superior, dando como significado la unidad que
creará el universo.
Dentro de los rostros naturalistas que podemos
encontrar en figuras completas, hallamos la del Príncipe de Cruz del Milagro, donde
podemos divisar rasgos estilizados, y expresaba grados de manifestación de la
esencia humana, comprendiendo que era imagen de la pura humanidad cuya aspiración
a niveles superiores estaba marcada por la anchura del labio superior de la pieza.
El monumento 10 de San Lorenzo, representaba a su vez la plenitud de la esencia
creadora del hombre en su máximo esplendor, así como en figuras que tenían
rostro estilizado y se encontraban en las piernas o brazos de otras con rostros
naturalistas, se puede decir que expresaban un desdoblamiento, que señalaba,
adquirían conciencia; consideraban que la facultad de intervenir como materia y
motor en la creación universal, era la condición fundamental del hombre, el
hombre se consideraba creador, nos menciona Rubén Bonifaz Nuño. De esta forma
nos demuestran cómo los olmecas no sólo hacían estas cabezas como un simple
adorno, si no que eran una forma de expresar su pensar sobre el mundo y la vida
espiritual que era esencial y proponían mantener, dando significado a los
elementos que colocaban en dichos monumentos, y dando mayor importancia al
labio superior que en ellas sobresalía.
En La
Venta, a pesar de ser un sitio donde se encontraron bastantes esculturas,
ciertamente escasea en cerámica, debido a la naturaleza del sitio, donde sólo
pocas personas podían residir y pertenecían a la élite religiosa, militar o
administrativa, y que a su vez la población que trabajaba ahí, debía estar
dispersa en una amplio terreno de la isla, durante siglos sometidos por una
autoridad, probablemente infundada por el respeto por los dioses, y a pesar que
las aldeas estaban sometidas y debían regularmente el tributo, no podemos
hablar que haya sido un imperio, tal como el imperio azteca.
Por su parte, el arte
fue básico para poder imaginar la forma de pensar de esta cultura, mostrándonos
un estilo de grabado muy estilizado y menos expresivo, así como las tumbas y
arquitectura que crearon. En arquitectura, dejaron algunos auxilies a la
cultura mesoamericana, al utilizar piedra para crear templos, tumbas en
pirámides y por si fuera poco, planificaron ciudades con un eje central. Así mismo,
trabajaron figuras humanas hechas con basalto y jadeíta, reconocidas por la
estética, tridimensionalidad, simetría y redondez que poseen. Sus monumentos de
piedra servían para representar simbólicamente algunas creencias sagradas de
los olmecas; probablemente aquellas creencias fueron más antiguas y al ser
hechas de piedra y cerámica, fue un hecho tecnológico más que ideológico;
representaban la ideología de sus centros, y dichos monumentos en la actualidad
están dañados.
Hablar del arte
olmeca, es hablar de un estilo que ninguna otra cultura mesoamericana poseía.
Su estilo se caracterizaba, como mencioné con anterioridad, por las formas zoomorfas
que en sus esculturas plasmaban, tales como lo son las esculturas monstruos-jaguares
o jaguares humanizados que tenían ojos ovaloides y oblicuos, garras y
colmillos, aunque también se pueden apreciar figuras de monos, aves de rapiña,
y peces, que eran hechos con ciertas deformaciones o elementos exagerados, que
tal parecía, eran las imágenes idealizadas por los olmecas, pienso que querían
representar lo mítico de los animales mezclado con simples humanos o la fuerza
personificada. Otras esculturas monumentales, también nos contaban sobre imágenes
de personajes saliendo de cuevas, hablándonos sobre la creación, el origen
sagrado del hombre y la fertilidad de la tierra por medio de la ofrenda de
sacrificios, así como figuras meramente humanas que encarnaban a los mediadores
entre lo terrestre y los sobrenatural.
Quizás lo más
representativo de la cultura olmeca son las cabezas colosales, que bien podrían
tratarse de retratos simbólicos de personas que probablemente tenían alto nivel
jerárquico debido a los tocados que en ellas se puede distinguir, gobernantes,
o personas con autoridad. Pienso que al ser tan grandes, especulaban reforzar
el poder y demostrar su origen. Las Hachas y máscaras probamente estaban
relacionas con rituales para la fertilidad del maíz y la tierra. Y hablando de
las estelas, la que más me llama la atención es la encontrada en La Venta, el Altar
4, hecho de basalto y que es uno de los monumentos de mayor tamaño, el cual se
dice, encarnaba un trono real, donde podemos observar como un personaje con
capa y tocado de plumas, representando el sol al amanecer, está siendo protegido
por los dioses de la tierra y montaña, siendo elementos fundamentales en la
cultura, y que por un costado de esta jalando a un prisionero que probablemente
sacrificaría después.
En conclusión, podemos decir que la
cultura olmeca fue una civilización madre en Mesoamérica, dejando algunas
contribuciones a culturas posteriores, llevando consigo costumbres propias, y
sobre todo un estilo peculiar en el arte que crearon, y no está de más decir que
socialmente su crecimiento se dio gracias a la interacción de grupos y
regiones. Uno de los aportes más importes son sus obras monumentales, ya que
nos dejan ver como la civilización olmeca contaba con gran organización del
trabajo y de sus recursos. A su vez, nos permitieron conocer gracias a su
conocimiento del tiempo, un calendario solar de 365 días, la introducción del
telar atado a la espalda, aunado el conocimiento astrológico que el chamán
poseía. Las diecisiete cabezas colosales de cabezas redondas, narices anchas,
labios tupidos, y orejas que llevaban grandes adornos, de gran simetría, que
fueron encontradas enterradas en La Venta, San Lorenzo y Tres Zapotes, entre
otros sitios en Veracruz y Tabasco, dan muestra irrefutable de su distinguible
estilo artístico y excelencia escultora, así como el trabajo que realizaron al
traer piedras desde otros sitios, y tecnológicamente hablando, podemos darnos
cuenta de su gran avance atribuido en las obras públicas dirigidas a rituales,
que bien estaban planeadas y requerían gran organización social y política,
levantando así recintos prestigiosos; introdujeron el uso ritual de cuevas y
montañas.
Bibliografía:
- Los Olmecas, Jacques Soustelle.
- Olmecas: Esencia y fundación, Bonifaz Nuño.
- Historia de Mexico I, Iñigo Fernandez.
- Mesoamérica olmeca: diez preguntas, Gareth W. Lowe
- Puntos de Inflexion Espirituales de la Historia Norteamericana, Luigi Morelli
- Historia de Mexico I, Iñigo Fernandez.
- Mesoamérica olmeca: diez preguntas, Gareth W. Lowe
- Puntos de Inflexion Espirituales de la Historia Norteamericana, Luigi Morelli
es muy bueno me ayudaste en una tarea
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